Excusas que suenen bien

Si bien desde pequeño se nos enseña que siempre hay que ir con la verdad, a veces, tenemos que reconocer que eso no suele ser demasiado fácil. Soy muy pocos los que pueden decir con orgullo que jamás han mentido, o por lo menos han puesto alguna excusa.

De todas maneras, las excusas no suelen ser siempre mentiras. Por el contrario, muchas veces son verdades que son un poco incómodas de decir, o que nos  brindan el motivo para justificar no haber hecho algo, o disculpar haberlo hecho.

En el caso de que en algún momento necesitemos de las famosas excusas lo más probable es que querramos que nos las crean. En ese caso, hay algunoas aspectos que tenemos que tener en cuenta, por lo menos, para tener un poco más de suerte o éxito. Porque las excusas, para quienes las reciben suelen ser motivo de molestia, o de reprimenda. Por ejemplo; si acabamos de romper algo preciado para alguien en su casa, y nuestra excusa es que no lo vimos, y por eso se nos cayó de donde estaba, puede que no sea suficiente explicación, o que eso no haga sentir mejor a quien hemos dañado.

Hay que tratar de ser los más sinceros posibles, es decir, no mentir, sino decir simplemente la verdad por más que parezca una excusa y sea hasta poco creíble. Hay que estar lo más serenos posibles, es decir, con calma, diciendo sinceramente lo que pensamos. Que nos tiemble la voz o se nos entrecorte puede ser sinónimo de nervios, y hasta de mentira.

El tono debe ser tranquilo, porque si estamos en presencia de la necesidad de una excusa, es porque algo hemos hecho, o le parece a otra persona, que hemos hecho. Estamos en desventaja y nos encontramos en el banquillo de los acusados, por más tribial que sea el tema del que estemos hablando. En ese caso hay que lograr que nuestra tranquilidad siga donde estaba, porque eso dará motiuvo al otro de hasta enojarse por nuestra actitud. Estamos en falta, hay que ser tranquilos y pacientes esperando que los demás puedan creernos.

Hay que tener en cuenta la rapidez. Las excusas no se piensan por veinte minutos. Se dicen en el momento correcto,oportuno, y necesario. De esa manera además de sonar más creíble, a alguien todavía puede interesarle y hasta entenderte. Si por ejemplo has faltado a una fiesta porque algún conocido o amigo está teniendo un problema y decides quedarte con él. El momento de decirlo es durante la fiesta, no esperes encontrarte al anfitrión días después y esbozar algo allí, que ya no interesa. Disculpate y excúsate en el momento, que será menos reprendida tu falta.

Y si estás en presencia de alguien que  no entiende, cree o acepta tus excusas, no puedes hacer demasiado. Si no estás mintiendo y tienes la conciencia tranquila. Lo lamentarás, pero no podrás hacer más nada. Sobre todo, si lo que estás diciendo que te sucedió es verdad no puedes rogar para que te crean, ya ha dejado de ser un problema tuyo, para pasar a ser el de una persona que no puede creer en los demás por alguna razón que sólo el sabe.

Se suele tomar a las excusas como sañidas rápidas, cuando en verdad no siempre es así ya que puede ser algo verdaderamente legítimo y sentido lo que estás planteando en ellas, como puede ser un pedido de disculpas.

Deja de pensar a las excusas como mentiras o falsedades y tomalas como una serie de explicaciones un poco más esforzadas de tu parte para no hacer sentir mal a otra. Pero no dejan de ser, explicaciones y disculpas.

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